Cada vez que tengo la oportunidad de conversar con algún joven sobre su futuro profesional, o la desición de su carrera, trato de comunicarle que lo más importante es entender a quien quieres servir y cómo, y el resto se da por sí solo. Explico con un ejemplo. Si quiero estudiar medicina que sea por el motivo correcto, que es querer ayudar a una persona enferma a que se mejore. Parece obvio, pero los jóvenes a veces basan su desición en cuánto quieren ganar.
A dónde quiero llegar
Ésto también ocurre en la inversión inmobiliaria. Si tratamos de crear un proyecto sin ver si el futuro comprador necesita lo que le vamos a ofrecer, podríamos terminar con un montón de casas sin vender, es por eso que es muy importante conversar, preguntar, tratar de entender que motiva a los futuros habitantes a comprar, a tal punto de que sabes con seguridad de que cuando lo construyas, lo vas a vender o alquilar, porque está hecho con el deseo y la necesidad del comprador en mente.
Después de analizar el mercado entendemos que hay un grupo de personas que quieren lograr algo específico, quieren pasar menos tiempo en el tráfico, quieren tener su propia casa, quieren vivir más cerca de su lugar de trabajo.
Estas son las personas a las que servimos, para ellas diseñamos, planificamos y construimos nuestros próximos proyectos.
Cuando realizas una venta sabiendo que el cliente está valorando lo que le estás dando, porque es justo lo que quería, hay una sensación de que las cosas se están haciendo bien, ambas partes están contentas porque han recibido un valor igual a lo que han dado.
Entonces estas personas son a las que servimos, a las que podemos ayudarlas a conseguir lo que están buscando.
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